Ojo vago, ¿qué es y cómo prevenirlo?

La salud de nuestros hijos es lo más importante para nosotros y por eso debemos comenzar por la prevención antes de que comiencen posibles problemas. Uno de ellos muy frecuente, en la etapa escolar, se encuentra en los ojos debido al comienzo de los estudios y a la innumerable tecnología con la que conviven nuestros pequeños hoy en día. Por eso, desde Espai menut hemos contactado con la Clínica Baviera, Instituto Oftalmológico Europeo, con sedes distribuidas por prácticamente todo el territorio nacional, para conocer de una forma clara y precisa en qué consiste el ojo vago y cómo se puede prevenir.

La ambliopía u ojo vago es la causa más frecuente de pérdida de visión entre niños y jóvenes en los países desarrollados y afecta, aproximadamente, al 3% de la población. El ojo vago se manifiesta en la disminución de la agudeza visual, normalmente en un solo ojo, sin que exista ninguna alteración en las estructuras del sistema ocular.

En la mayoría de los casos (hasta un 80% de los que se detectan), el ojo vago se debe a una diferencia grande de graduación entre un ojo y el otro, lo que se conoce como anisometropía. En estas ocasiones, el cerebro favorece el desarrollo de la visión de uno de los ojos (el que ve mejor) y no trabaja con el otro, que deja de funcionar progresivamente.

En otras ocasiones, el ojo vago se puede deber a un problema de estrabismo (desviación ocular), que provoca una visión doble y hace que el cerebro acabe anulando la información del ojo desviado y sólo utilice la que aporta el ojo que funciona correctamente.

La detección precoz, el mejor tratamiento

A la hora de hablar de la ambliopía u ojo vago, los padres deben tener en cuenta que la prevención es el mejor arma, ya que si no se aplica el tratamiento adecuado durante la llamada época de plasticidad cerebral (hasta los 8 años aproximadamente), la pérdida de visión será permanente e irreversible. Por el contrario, si nos ponemos en manos de un oftalmólogo y aplicamos el tratamiento siguiendo las pautas marcadas por el especialista, la recuperación de la visión suele ser total en la mayoría de los casos.

Para detectar esta patología de forma precoz, los especialistas de Clínica Baviera, centro especializado en Oftalmología que cuenta con una Unidad de Estrabología y Oftalmología Pediátrica, aconsejan a todos los padres que acudan con sus hijos a revisiones anuales de control: una primera revisión a los seis meses, una segunda al año, otra antes de que el bebé cumpla dos años, y otra a los cuatro años, momento en el que debe realizarse la primera revisión ocular completa por parte del especialista.

El tratamiento de la ambliopía u ojo vago suele consistir en que el niño lleve unas gafas con la graduación adecuada en ambos ojos y, a la vez, estimular y obligar a que se use el ojo afectado mediante el uso de parches sobre el “ojo bueno”. Los parches deben ir siempre pegados a la piel y la cantidad de horas en las que deben usarse dependerá de la edad del niño y de la diferencia de visión entre ambos ojos. En ocasiones, el oftalmólogo recomienda otros tratamientos, como la dilatación de la pupila del “ojo bueno” mediante atropina o el uso de laca o plásticos sobre el cristal de la gafa del “ojo bueno”, pero el tratamiento de primera elección continúan siendo los parches.

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