Parece que museos y niños no combinan bien pero… quizá solo es eso, una apariencia. O un prejuicio. O una falta de costumbre. O todo a la vez. En el Espai d’Art Contemporani de Castelló (EACC) están convencidos de que arte y pequeños no solo hacen buena pareja sino que casan bien. Y si no, que se lo pregunten a quienes han probado ya sus visitas guiadas y didácticas para público infantil. Explorar los materiales. Descubrir qué influencias tienen los artistas. Comprender qué quieren contarnos. En definitiva, EXPERIMENTAR el arte. Sí, así, en mayúsculas. ¿A quién le amarga un dulce?
Son dos las maneras de poder disfrutar del EACC en versión infantil. La primera, la más utilizada, a través de visitas escolares. Y la segunda, menos conocida pero igual de interesante, a través de visitas concertadas con grupos de padres. Estos grupos tienen que ser de al menos 10 personas y con niños y niñas de edades similares. Para una y otra modalidad, solo hay que llamar al Espai d’Art al 964 72 35 40 o enviar un correo electrónico a actividades(arroba)eacc.es.
En uno y otro caso el objetivo es el mismo. ”Estas visitas guiadas y didácticas pretenden formar a los pequeños, facilitarles el acceso al arte contemporáneo y evitar los prejuicios de la educación formal”, explica Juan Francisco Fandos. Conseguir algo tan sencillo, o tan complicado, según se mire, como generar buenos espectadores.
Esta ‘versión infantil’ del EACC está disponible para todas las exposiciones, excepto durante los meses de julio y agosto. Y podéis empezar a probar con En suspensión, de Alexander Apóstol, Cinthia Marcelle y Héctor Zamora, exposición que permanecerá abierta del 28 de septiembre a 30 de diciembre.
El momento ideal para este primer acercamiento al EACC es, según Fandos, la etapa de infantil porque “se puede trabajar la idea de costumbre: dejas el poso de relación e intercambio con el arte contemporáneo, con el museo”. Porque “el público infantil está más abierto, son como esponjas, tienen una capacidad única de genererar experiencias y mirar de otra manera”. Y por otro motivo de peso: “Porque empezamos con los más pequeños o tendremos generaciones y generaciones de niños y niñas que no accederán al arte contemporáneo”.
¿Cómo se entienden estas sesiones? Se concibe la sala del museo como un escenario donde suceden cosas. Y en la que el juego forma parte del aprendizaje. Hay cosas que se pueden hacer y otras que no. Lo que también dejan claro desde l’Espai d’Art es que Los niños no van allí a hacer manualidades: no se trata de copiar lo que han visto, más bien de que expresen qué les produce aquello que han visto.
“Es un espacio para hacerles protagonistas; es un lugar a la experimentación, al éxito o al fracaso”, añade Fandos. En otras palabras, se busca desarrollar el sentido crítico para disfrutar de aquello que se le muestra, no se trata de hacer artistas.
La relación que se da entre el público y la pieza expuesta cuando se ve la obra en sus dimensiones reales no la da ninguna recreación. “El arte exige una relación real muy íntima y personal”, apunta Fandos.
Por ello, desde el EACC animan a maestros y maestras a acercarse al museo, conocer sus exposiciones, descubrir las posibilidades didácticas y las conexiones que tienen con el aula. Además, también se puede concertar una reunión previa de trabajo con los profesores en la que se planifica la actividad antes, durante y después de la visita a la exposición.
Por último, también cabe la posibilidad de asistir a las sesiones abiertas al público en general de los viernes a las 19.00. En ellas no se explica la exposición sino que se dan pautas para saber leerla: elementos, influencias, conceptos, lenguaje plástico… Dirigida a adultos que después pueden trasladar ese ‘conocimiento’ a sus hijos e hijas.