Conectar con un público infantil acostumbrado a pantallas táctiles o cine en 3D y, no solo captar su atención durante cerca de una hora, sino lograr arrancarle sonrisas y aplausos con teatro de marionetas, sombras chinas y muy pocos elementos escénicos -ni tan siquiera micros-, es para premio. Y Teatre de la Caixeta lo consiguió el pasado domingo en el Teatre del Raval de Castellón con El nas de Pinotxo en la celebración del cuarto aniversario de Espai Menut. El teatro se llenó por completo, incluso faltaron butacas para todo el público que acudí, y los niños y niñas terminaron tocando y fotografiándose a pie de escenario con el gran protagonista de la tarde: la marioneta de madera del inmortal Pinocho.
Eva Cuevas, que interpreta a la escolar que gusta de contar algunas mentirijillas para divertirse, y José Blasco, el marionetista que le acabará enseñando que siempre es mejor decir la verdad, llevan más de 10 años girando con esta obra por escenarios de todo el país y eso se nota. Saben perfectamente cómo conducir y modular su interpretación para llevar a los espectadores, grandes y pequeños, a su terreno. Sin artificios ni golpes de efectos, basándose en la historia sin fecha de caducidad del cuento que Carlo Collodi creó en 1883, que no ha parado de inspirar distintas películas y obras de teatro durante el último siglo, y poniéndola al día.
El núcleo de la trama son los valores de sinceridad y la honestidad, cuya reivindicación es tan pertinente en los tiempos que corren, pero la compañía valenciana, dirigida por Joan Giralt, los desliza con maestría, entre líneas, en el diálogo de los dos personajes y en los distintos giros de la obra, para trasladarlos con sutileza hasta el pequeño espectador. A media luz, con esos muebles y baúles blancos y con alguna marioneta que parece que vaya a cobrar vida –como la de la Hada-, todas ellas elaboradas por Aina Pedrós, la función discurre con buen ritmo de principio a fin. Incluso a pesar de no llegar con suficiente claridad la voz en algunos rincones del teatro.
Espai Menut cumple un año más, y ya van cuatro, de la mejor manera imaginable: arropados por sus lectores y lectoras, con el teatro lleno, de espectadores, de sonrisas y aplausos. Y con decenas de miradas luminosas y sinceramente atentas, que dan sentido a todo nuestro trabajo y nos motivan para seguir adelante.
Muchas gracias por estar ahí.
_fotos Carme Ripollès (ACF)
