Espai Menut | Formigues Festival. Una bulliciosa colonia junto al mar

Las hormigas, cuando están en la colonia, actúan como una entidad única, como distintas partes de un mismo cuerpo, trabajando colectivamente por un objetivo común. El sábado pasado, en el Anfiteatro Pepe Falomir de Benicàssim, centenares de niños y niñas, madres, padres, abuelas, abuelos, músicos, técnicos, voluntarios, colaboradores y organizadores consiguieron, todos juntos, que Formigues Festival se convirtiera en un rotundo éxito en su primera edición. Parecía que todos lo hubieran estado esperando durante tiempo, para, espontáneamente, hacerlo funcionar desde el estreno. Todo cuadró. El espacio, ni hecho aposta para un evento de estas características, junto al mar y con la sombra de una pinada. El espléndido día, con un sol radiante y un cielo como si lo hubieran terminado de pintar de azul. El cariño que se notaba que había puesto la organización en todos los preparativos. Y, sobre todo, la actitud y predisposición de todos los asistentes, grandes y pequeños, decididos a pasárselo en grande con la música como hilo conductor. Como dijo un voluntario, la primera edición del Festival de Música para Peques de Benicàssim estuvo “formigable”.

Tanto, que la organización vio desbordadas todas sus previsiones. Según informan sus directoras, Ana Rico y Sofía Muñoz, a las 13.00 se habían terminado las 500 pulseras para niños, se tuvieron que preparar muchos más menús de los previstos a la hora de comer, se vendieron las 300 camisetas del festival para tallas de 1 a 6 años… Estiman que asistieron alrededor de 1.000 niños y un total de 4.000 personas durante todo el día, con el mediodía y la primera hora de la tarde como puntos de máxima afluencia.

Más allá de las cifras, sencillamente espectaculares, lo auténticamente importante: “Lo que vimos con nuestros ojos y lo que dicen la mayoría de comentarios que nos están llegando es que la gente se lo pasó en grande y que los más pequeños disfrutaron a tope de la música y de los talleres”. Desde que dio comienzo a las 11.00, con el taller de Baby Do Re Mi y el Toca toca de The Session en el Petit Stage, así como el concurso Pinta tu hormiga, el anfiteatro Pepe Falomir de Benicàssim se llenó de bullicio y ganas de diversión. Niños y niñas tuvieron su primer contacto con instrumentos como la batería, la guitarra, el bajo y el piano para crear algo así como una jaula de grillos sonora. Roto el hielo, el posterior concierto de Trobadorets, quienes demostraron muchos kilómetros de rodaje ante público infantil, rodó a las mil maravillas. Canciones populares, melodías reconocibles, primeras palmas y coros colectivos, espontáneos con sed de micro… El taller de percusión con cubos de Bob Esponja sirvió para cerrar la mañana.

Después de la comida, amenizada por Moonlight a los platos (pero con discos), volvió a sonar la música en directo. Por lo que se escuchaba de lejos podría parecer que se trataba de un concierto pop convencional, pero al mirar al escenario Formiga Stage, ¡sorpresa!, un grupo de renacuajos con guitarras y bajos colgados, casi más grandes que ellos. Son The Session Kids, un grupo infantil formado por alumnos de la escuela de música. Se nota que hay nervios y se nota la falta de tablas, pero sobran ganas y actitud. Acaba el concierto y el público pide más, pero el grupo ya ha dejado sus instrumentos. Han superado la actuación con nota. Sorprendente. Apuntan maneras.

La primera edición de Formigues Festival enfilaba su recta final con menos aglomeraciones que por la mañana. Desplazarse de un taller a otro costaba menos, pero nadie se libraba de las colas: para el taller de collares surf, para el de hormigas animadas, para pintarse la cara y hasta para subir a un columpio-balancín que rodaba a voluntad de los pequeños: de los que se montan y de los que empujan. Hoy es su día. Mandan ellos.

Trobadorets, ganándose al público del festival. Fotos: Pau Bellido (ACF).

El calor seguía a lo suyo. Parecía agosto pero era octubre en el anfiteatro Pepe Falomir de Benicàssim. El recinto fue todo el día un ir y venir de niños en carro, en mochila, en triciclos, a galligotas, caminando (algunos sus primeros pasos) y corriendo. Poco a poco cerraron los talleres para dar paso al concierto final de The Por Ella Runners, quienes adaptaron su repertorio, basado en Surfer Powerpopers Aussie Teenagekickers, al público infantil, entre los que se encontraban sus propios hijos y sobrinos. Power-pop y aires surferos con el mar de fondo para cerrar a buen ritmo un festival para enmarcar. No se puede pedir más.

¿O sí? “Muchos padres nos han pedido que lo repitamos. Estamos sorprendidas, porque mucha gente se ha contagiado de creatividad y nos proponen ideas para que las disfruten sus hijos. Esa es la principal garantía de que Formigues Festival tiene un gran futuro. Esperamos recibir ayudas para poder sacar adelante el proyecto y hacer frente a su presupuesto. Ya estamos trabajando en la segunda edición, tenemos un montón de ideas, y seguramente será en las mismas fechas”, explican las directoras. Desde Espai Menut, nuestra más sincera enhorabuena a organizadores, colaboradores y voluntarios. Y que dure.

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