Entre los destinos familiares para organizar una salida familiar al aire libre, la Vía Verde de Ojos Negros, en la comarca del Alto Palancia a caballo entre las provincias de Castellón y Valencia, posiblemente sea una de las rutas de bicicleta más bellas y recomendables. Hablamos de un recorrido asentado junto a una antigua vía de tren de unas minas y que en 2002 se comenzó a rehabilitar como espacio natural de primer orden. Cuenta con algo menos de 70 kilómetros que se recomienda hacer en dos etapas: una más llana de 40 y otra algo más corta pero con alguna subida. Además, siempre que se quiera existe la opción de alargar por ambos extremos el camino, saliendo desde Teruel por el norte y enlazando hasta la ciudad de Valencia por el sur.
La primera etapa de esta vía, sin desniveles en prácticamente todo el tramo, nace en Barracas, un pueblo del suroeste de la provincia de Castellón, al límite de la frontera con Teruel. El camino empieza con una inmensa recta –de ahí que la zona sea conocida como el Llano de Barracas- donde destacan los muros de contención para la nieve. Una vez superado este primer tramo tocará descender por un barranco hasta el Valle de Palancia. En ese pasaje nos encontraremos con pinos, encinas y almendros, cruzando además por una de las grandes rutas europeas de montaña como es el GR-7.
Otra fase de interés en el recorrido de la ruta de la Vía Verde la encontramos en los Altos de Ragudo. Una ascensión con cierta exigencia para los más pequeños pero con la agradable sombra de los pinos, algo que combina muy bien con el esfuerzo. Es una subida con curvas peraltadas, con muy buenas vistas y que, además, nos anunciará su desenlace cuando empecemos a ver los primeros molinos aerogeneradores.
En cuanto a las características de la ruta, como ya se indicaba al inicio, es un itinerario de lo más apto para realizar en familia. Si bien es cierto que es preciso hacerlo en bicicleta de montaña, su recorrido es bastante benévolo y encaja perfectamente en las características de los niños. Las subidas de la segunda jornada les exigirán un poco, pero no hablamos de nada inasumible. Asimismo, al final de la primera etapa hay un camping para pasar la noche. Esta excursión es totalmente accesible en coche, aunque también existe una opción que propone Renfe para llegar en tren.
Respecto al clima, lo más recomendable para recorrer esta vía es hacerlo en primavera, ya que en invierno la temperatura es muy baja y en verano los termómetros marcan gradaciones muy calurosas. Como apunte final, y teniendo en cuenta que la mayor parte de este recorrido es cuesta abajo, si se quiere aumentar la dificultad existe la opción de invertir el recorrido y realizarlo de Sur a Norte.