Somos Desmadradas es un espacio pensado para el cuidado de las madres y Vanesa Martínez, psicóloga en el Instituto de Terapia Gestalt de Castelló, su impulsora. Hablamos con ella para analizar y reflexionar sobre esta nueva situación que ha provocado la crisis sanitaria y el confinamiento: conciliación personal y laboral, salud mental y física, etc. En definitiva, sobre cómo están asumiendo las madres la carga de trabajo emocional y doméstico.
>¿Qué tipo de prácticas estás realizando para tratar a tus pacientes?
Las terapias las hago siempre presenciales, pero cuando empezó toda esta situación me asusté un poco porque no había hecho nunca una terapia online. Fue una sorpresa darme cuenta de que a la gente les seguía apeteciendo seguir con el proceso de forma online. Para las madres, en concreto, la verdad es que ha sido bastante cómodo porque, al no poder desplazarse, poderlas atender online ha sido un desahogo para ellas.
>¿Qué podemos aprender de esta situación de confinamiento?
Bueno, fíjate, yo creo que nos ha servido un poco para parar y para mirarnos a nosotras y a nuestro alrededor. Con esta situación se puede aprovechar un poco para ver en qué momento estás. Darte cuenta de que tienes un poco más de tiempo para mirarte, para ver cómo te encuentras, para saber que tienes al lado y para ver cómo estás en casa. Sobre todo, las madres que van con el piloto automático puesto y tienen muy poquito tiempo para parar. A mí, personalmente, me ha servido para parar y ver en qué momento estoy de mi vida.
“Con esta situación se puede aprovechar un poco para ver en qué momento estás. Darte cuenta de que tienes un poco más de tiempo para mirarte, para ver cómo te encuentras, para saber que tienes al lado y para ver cómo estás en casa”
>Y ahora que comenzamos, poco a poco, a salir de nuevo a las calles, ¿cómo nos enfrentamos a la vuelta de la “nueva normalidad”?
Yo creo que dependerá un poco de como somos cada uno, creo que al final podemos salir reforzados de todo esto y haber aprendido algo, sobre las prisas o qué tipo de cosas nos hacen realmente falta y cuales no. También, como de importante es el contacto, como lo necesitamos y como lo hemos echado de menos. si nos centramos en las madres, algunas se preguntan: ¿Qué pasará con los niños y niñas?¿ Qué harán con ellos? el miedo a que pase algo, ahora que se puede salir más a la calle. Hay un poco de preocupación y nos vamos a enfrentar un poco a ese miedo.
“Como de importante es el contacto, como lo necesitamos y como lo hemos echado de menos”
>¿Qué podrías decirles a todas esas madres para que se sientan mejor durante esta cuarentena?
A las madres siempre les digo: “Hacer lo que puedo con lo que tengo”. Creo que hay mucha exigencia con la maternidad, de hecho ahora con todo esto del confinamiento parece que las madres tienen que ser Mary Poppins, hay que ser creativas, hacer manualidades y hay que tenerlos entretenidos. Yo siempre les digo que se respeten como la madre que son y que mostrar un enfado en un momento determinado no es malo. Parece que solo se pueda estar feliz y contenta. En las madres hay mucha presión de la sociedad para que sean de una forma determinada y parece que tengan que estar todo el rato operativas, no parece que puedan tener un espacio para la tristeza o para la preocupación. Por tanto, les digo que se valoren, que están haciendo lo que pueden y que si en algún momento se enfadan, no intenten juzgarse ellas mismas. Creo que con tanta literatura de cómo hay que ser madre es más un peso que un alivio.
>Estás inmersa en el proyecto Desmadradas, ¿ puedes explicarnos en qué consiste?
Desmadradas son unos talleres que hacemos un sábado al mes en el Instituto de Terapia Gestalt de Castelló. Ahora son online, pero en principio son presenciales. Son talleres para atender a la madre, no es para atender a la maternidad. Se atiende a la mujer, intento que no se conviertan en talleres que hablen de niños, es para atender las necesidades de las madres. Todo lo que se suele dejar a un lado para poder atender a los hijos…de repente hay una o varias personitas que dependen de ti y eso significa que ya no eres la primera persona de tu vida. La maternidad, es como un tsunami, las madres suelen ponerse las últimas y ocuparse de los niños, de que todo esté bien, de llevar el trabajo, de actividades extraescolares, de mil cosas. Lo que intento en Desmadradas es que se paren a mirarse ellas, porque si ellas no se miran es muy fácil que se les vayan atascando cosas en el día a día y no saben porque son. Desmadradas es un poco diferente a grupos de lactancia o de crianza, porque el niño o la niña no son los protagonistas, las protagonistas son ellas. A través de dinámicas, de meditación, de relajación, intento que conecten con ellas, que se cuiden, es un cuidado a la madre y a la mujer. La maternidad descoloca muchas cosas.
“Desmadradas es un poco diferente a grupos de lactancia o de crianza, porque el niño o la niña no son los protagonistas, las protagonistas son ellas”
>Eres una gran apasionada de la música, ¿aplicas la música en tus terapias?
Sí, en Desmadradas, por ejemplo, preparo un tipo de música antes de ir a los talleres porque hay canciones o dinámicas que ayudan. Creo que la música es una forma maravillosa de desconectar del exterior y conectar con tu interior. También, la utilizo en las terapias individuales; hay veces que tengo pacientes a los que les cuesta contarme cómo están, pues les pido que me pongan una canción, es una forma de hablarme de ellos sin tener que hablar en ese momento. A partir de ahí me facilita mucho el trabajo, a veces en las terapias hace falta saltar, hace falta gritar y una buena canción que haga soltarte la melena va muy bien para relajar y poder continuar con la terapia. Tumbarnos en el suelo, mirar el techo, escuchar una canción y ver que me pasa. La utilizo bastante. Es un facilitador en la terapia y es muy efectivo.
“La música es una forma maravillosa de desconectar del exterior y conectar con tu interior”
>Si los niños y niñas tiene miedo por la pandemia y les puede llegar a afectar emocionalmente, ¿De qué manera los padres y madres pueden aportarles tranquilidad?
La preocupación existe porque esto ha sido una situación extraordinaria y ahora estamos con el miedo de saber que nos deparará cuando volvamos a la rutina. Para los niños y niñas es súper extraño ver a la gente con la mascarilla, tener que mantener las distancias y no poder jugar con otros niños. Desde el tipo de terapia que yo hago siempre hay que aprender de lo que hay, es decir, no está mal que los niños tengan miedo, esto se puede hablar y aprender. Yo soy de la opinión de que los padres y madres hablen con sus hijos y expliquen que también sienten miedo y es algo natural, que están juntos y que son un equipo. Los niños se tienen que expresar, que sepan que pueden hablar con los padres de todo, para mí esto es fundamental.
_foto de portada: la psicóloga Vanesa Martínez, por Amparo Más.
