¿Habéis probado alguna vez las conchas rellenas de marisco? Pues los canelones de calabacín que os proponemos hoy tienen mucho que ver con este plato. Su interior, como el de las conchas rellenas, está elaborado con merluza, marisco, cebolla y bechamel. La diferencia se encuentra en el calabacín que envuelve esta mezcla y que le da la apariencia de un canelón y, por supuesto, en los ingredientes que se utilizan para su elaboración: frescos y sin conservantes. Se trata de plato diferente y que agrada tanto a grandes como a pequeños. Así que esperamos que disfrutéis de esta receta para niños de nuestra sección de cocina divertida.
- 100 gramos de cebolla tierna (el equivalente a una cebolla mediana)
- 40 gramos de ajos tiernos (unas 4 unidades de esta verdura)
- 100 gramos de setas
- 250 gramos de langostinos
- 500 gramos de calabacín (una pieza grande de esta verdura)
- 250 gramos de merluza
- 40 gramos de mantequilla
- 80 gramos de harina
- 500 mililitros de leche
- 10 mililitros de vino blanco (1/2 de taza de café)
- Aceite, sal y pimienta
- Moldes de silicona con forma alargada
La elaboración de este plato no es compleja, pero sí requerirá de más tiempo del habitual en la cocina: una hora aproximadamente. Lo primero que deberemos hacer es lavar y cortar la cebolla y el ajo en dados pequeños, no superiores a los 1 centímetro. Después limpiaremos y secaremos las setas y las picaremos del mismo tamaño que los otros ingredientes.
Una vez listas las verduras, nos centraremos en la merluza y los langostinos: les retiraremos y los cortaremos en dados pequeños, similares a las de la cebolla, los ajos y las setas. Acabada esta tarea, procederemos a cocinar los alimentos. Para ello, pondremos una cucharita de aceite de oliva a calentar en una sartén de base ancha y, una vez alcanzada la temperatura idónea, agregaremos la cebolla. Cuando esté pochada, añadiremos los ajos tiernos y, una vez blandos, introduciremos las setas. Dejaremos que suelten todo el agua y adquieran una tonalidad dorada y, entonces, agregaremos la merluza y los langostinos a la mezcla, sofreiremos y verteremos el vino blanco. Cuando el alcohol se haya evaporado, salpimentaremos, extraeremos el sofrito del fuego y reservaremos hasta que la bechamel esté lista.
Con el interior de los canelones casi listos, lavaremos y cortaremos el calabacín en láminas finas ayudándonos de una mandolina y forraremos los moldes de silicona con ellos, intentando que no quede ninguna zona sin cubrir.
Después de forrar los moldes, deberemos centrarnos en la bechamel. Pondremos a fundir la mantequilla en un cazo y, cuando esté líquida, espolvorearemos la harina y dejaremos cocer a fuego lento, controlando que la mezcla no se queme. Pasados cinco minutos, verteremos la leche y, con ayuda de una varilla, ligaremos hasta que la mezcla adquiera la textura de la bechamel.
Entonces, salpimentaremos, reservaremos una parte de esta mezcla en un recipiente y continuaremos trabajando la otra hasta que espese lo suficiente como para aglutinar todos los ingredientes. Una vez adquirida esta textura, la mezclaremos con la verdura y dispondremos en el interior de los calabacines. Cerraremos los canelones, los sellaremos con ayuda de palillos mondadientes si es necesario y hornearemos a 180 º unos 10 minutos, lo suficiente para que el calabacín se cocine.
Pasado este tiempo, extraeremos del horno, desmoldearemos los canelones en los mismos platos donde los serviremos y los bañaremos con la bechamel que, previamente, hemos reservado.