Una de las mejores cosas que tiene la repostería es que no tiene límite de edad. Tanto en la elaboración de una receta como la de las Galletas Diamante, como en su degustación, pueden participar grandes y pequeños y el resultado es el mismo: un buen rato cocinando y, otro mejor, comiendo. Y, además de disfrutar de la compañía de los nanos, hacer galletas con ellos tiene otra ventaja: los padres saben exactamente qué están comiendo sus hijos y los niños también.
Ingredientes:
250 gramos mantequilla pomada
100 gramos azúcar lustre
25 gramos yema de huevo a temperatura ambiente
1/2 cucharadita de extracto de vainilla
280 gramos de harina
1/2 cucharadita de sal
Que nadie se asuste: las Galletas Diamante no son para nada difíciles de elaborar. Para hacerlas tan sólo deberemos precalentar el horno a 180º y, mientras alcanza la temperatura deseada, pesaremos todos los ingredientes y mezclaremos el azúcar lustre con la mantequilla pomada, es decir, con mantequilla a temperatura ambiente y con una textura similar a la de una pomada. Y para que ambos ingredientes se unan bien, podremos ayudarnos de un robot de cocina tipo Kitchen Aid o, en su defecto, de una batidora doméstica.
Una vez ligados la mantequilla y el azúcar, añadiremos las yemas de huevo y el extracto de vainilla y mezclaremos bien hasta conseguir una masa homogénea. Después, agregaremos la harina y la sal y trabajaremos la mezcla con las manos y no en exceso, simplemente hasta que los ingredientes secos se hayan adherido al resto de elementos de la receta.
Cuando la masa esté lista, podremos hacer dos cosas: o bien separar el preparado de mantequilla en dos porciones, hacer con cada una de ellas un rulo y semicongelarlos filmados para su posterior división en rodajas de 4 milímetros de grosor y su siguiente cocción o bien refrigerar la mezcla envuelta en papel film durante 15 minutos para poder estirarla y moldearla mejor. En este último caso, dispondremos la masa refrigerada entre dos papeles vegetales –de esta forma evitamos añadir más harina a la mezcla y que ésta esté en contacto directo con la superficie de la cocina– y amasaremos con un rodillo hasta conseguir una lámina de dos milímetros de grosor. Cogeremos los moldes para galletas, cortaremos la masa con ellos y colocaremos en una bandeja para hornear con dos o tres dedos de separación entre ellos con el objetivo de que el preparado no se una durante la cocción.
Finalizada esta labor, meteremos las galletas en el horno y dejaremos cocer de 10 a 15 minutos. Es conveniente estar pendiente en todo momento de ellas, ya que, en función de su grosor, requerirán de mayor o menor tiempo de cocción. Cuando las galletas estén doradas, extraeremos del horno, dejaremos enfriar y serviremos acompañadas de leche o zumo.