Nació en 2013 casi como una manifestación espontánea de padres y madres en busca de un festival de música que poder disfrutar plácidamente con sus hijos e hijas en el Anfiteatro de la playa Torre de Sant Vicent. Encontró un espacio para crecer y campar a sus anchas en el recinto Villacamp y ganó la apuesta de ampliar a dos días en 2014. Y este año ha eclosionado definitivamente, en cantidad y calidad, adelantando sus fechas a la primavera, logrando multiplicar su poder de convocatoria, haciendo bailar y divertirse juntos a grandes y pequeños con potentes actuaciones musicales o teatrales y, lo más importante, generando una atmósfera de convivencia, desinhibición y libertad -especialmente para los peques- muy especial. El año pasado decíamos que apuntaba alto y el pasado fin de semana se confirmó totalmente: Benicàssim tiene un festival para público familiar como la copa de un pino: el Formigues Festival.
La organización ha comunicado que ha crecido un 50% la venta de entradas con respecto al año anterior, con lo que –partiendo de las cifras oficiales de 2014- el Festival de música para peques habría superado los 3.700 asistentes acumulados entre las dos jornadas. “Estamos muy satisfechos con el resultado y hacemos un balance más que positivo; el cambio de fechas al mes de mayo ha sido todo un acierto, ya que el buen tiempo y las horas de luz han invitado a la gente a venir”, a pesar, incluso, de citas habituales en estas fechas como bodas, bautizos y comuniones.
Sobre los escenarios, el Formigues Festival destacó por su vena rockera, con conciertos especialmente cañeros el sábado por la tarde de la mano de Pantones y Los Cromaos; bailonga, con Molts Records Kids o The Kojaks; y teatral, con La Monda Lironda y su La mar de vida o Elisa M. Matallín y sus Títeres de cuento. Destacaron sobre el escenario principal, Formiga, las actuaciones del sábado por la tarde, con el público cantando y bailando las versiones de clásicos del rock de los castellonenses Los Cromaos, las frenéticas y vitamínicas canciones power-pop de los madrileños Pantones y la divertida clase de música jamaicana de Molts Records Kids; actuaciones todas ellas que terminaron con el escenario poblado de niños y niñas dando palmas. Una imagen que ya se ha convertido en un clásico del festival.
Especial mención también para la matinal del domingo con Formigues Star, en la que los combos formados por alumnos procedentes de escuelas y academias de música de La Plana como Mondo Rítmic, 12 Notes, Play Rock, IES Violant de Casalduch o la valenciana Berklee Collage of Music. Con esos chavales –¡atención al guitarrista del combo de 12 Notes!- que se desmelenan al subir al escenario y que se crecen al recibir el feedback del público hasta el punto de que no se bajarían jamás. Ahí hay madera.
También se vio mucha madera –literal y figurada- en los talleres y actividades paralelas de Formigues Festival, que este año crecieron en número, calidad y buena distribución en el recinto. Los juegos de Pájaro Carpintero y Lalarium, la pintura de un mural con Pepita Grilla, la Formi-biblio, el muro musical, la construcción de cabañas con Sr. Mixuro, las pompas de jabón de Baobab, la gymkhana de SEO BirdLife, la exhibición de bicis thruxton y las acrobacias de Morral Park, el circuito Burricleta, la playa Formigues, el taller de educación vial de Seat Michavila… y también la zona de relax hicieron del recinto Villacamp un espacio donde los más pequeños podían divertirse y expresarse a sus anchas, sin dejar ninguna rendija al aburrimiento.
No funcionó tan bien el escenario Experience, demasiado alto y distante para el tipo de actividades que acogió: musicoterapia con PsiqueMondo, yoga con YoguiJagger o claves para contar cuentos con el escritor Ángel Gil Cheza. En un espacio más recogido, más a pie de campo, donde se propiciara una mayor cercanía con los peques seguro que hubiera dado mejor resultado con esa misma programación; más allá del ruido ambiental que llegaba sobre todo desde el escenario principal. Incluso le costó enganchar con el público a la polifacética Contaclown con El rap de Cuinatur, una iniciativa de comedores escolares saludables de la que os ampliaremos la información perque tiene una pinta estupenda.
Por el contrario, fue todo un acierto una de las novedades de la tercera edición del festival: Radio Formigues, con la colaboración de VOX UJI Ràdio y un grupo de estudiantes del Grado de Periodismo, que ayudaron a los niños y niñas a hacer de reporteros del propio festival emitiendo en directo reportajes y entrevistas durante casi 3 horas (como puedes comprobar en el audio de abajo). También funcionó muy bien la zona de comida y refrescos, con los originales foodtrucks (caravanas customizadas y convertidas en puesto de helados o de comida rápida), así como el mercadillo. Y, como ha reconocido la propia organización, “el calor apretó durante las horas centrales del día y, a pesar de haber dispuesto de muchos metros de todo, faltó sombra”. Para 2016, más y mejor, pero seguramente repitiendo fechas y formato.
Pingback: Espai Menut | Formigues Festival va a 'pasarlo bien' en su cuarta edición con Billy Boom Band, Lali Rondalla y Bergamotto & Co
Pingback: Espai Menut | Guia del Formigues Festival 2016
Pingback: Espai Menut | Formigues Festival se pone a 5.000 en su cuarta edición