Que los niños desayunen y merienden no siempre es fácil. Por la mañana, porque tienen demasiado sueño y poco hambre y, por la tarde, porque las ganas de jugar superan a las de comer y el bocadillo de embutidos o el de chocolate sobra.
Para dar solución a la inapetencia matutina, los expertos aconsejan que los niños hagan una cena ligera la noche anterior, que se acuesten temprano y que duerman un mínimo de 10 horas para que, de esta forma, se levanten descansados y con apetito. Para la vespertina, las recomendaciones siguen la misma línea: hacer cinco comidas al día y dejar un espacio de dos horas, como mínimo, entre las mismas. Así, nos aseguramos que los niños tengan la suficiente energía física y mental para encarar una jornada de estudios y juegos y también, para que lleguen a la comida o la cena la con apetito pero no con un hambre voraz que les haga abusar de alimentos inapropiados y que les impida, después, merendar, conciliar el sueño o desayunar al día siguiente.
Nosotros, completamos las recomendaciones de nutricionistas y dietistas con un consejo más: variedad en los platos. Los niños son como los adultos: precisan cambiar, probar alimentos nuevos y combinarlos de forma diferente. Lo necesitan para no aburrirse con las comidas, pero también para adaptarse a nuevos sabores y texturas.
Os dejamos cinco propuestas perfectas para tanto para un desayuno como para una merienda y estupendas para estos meses de verano: con los niños en casa y mucho calor.
Breakfast 1. Frutas de temporada con yogurt
Breakfast 2. Requesón con miel y frutos secos
Breakfast 3. Muesli con leche
Breakfast 4. Muffins de jamón york y queso (receta)
Breakfast 5. Tortitas americanas con lassi de fresa (receta)
Apostar por alternativas sanas es la mejor educación para los más pequeños, así no echarán en falta los ultraprocesados que se les proporcionan normalmente.