Un porcentaje de niños muy alto entre 3 y 4 años sufre tartamudez, un trastorno que aparece en la primera infancia y no cuando se dan las primeras palabras sino durante la aparición de las primeras frases. Esto es debido en gran medida a que al estar en contacto con los demás quieren expresar y manifestarse a través del lenguaje como hace el adulto pero su pensamiento va más rápido que su palabra, sus recursos y competencias lingüísticas aún son escasos, están en desarrollo, por lo que tropiezan o se bloquean con facilidad, por esta falta de recursos que con el tiempo irá evolucionando sin ningún problema. Espai menut ha hablado con la logopeda Ana Barberá para que nos despeje las dudas más frecuentes que podemos tener los padres y madres sobre este trastorno.
¿Qué ocurre cuando un niño de 3 años tartamudea?
Con frecuencia los padres ante estos bloqueos reaccionan, con buena intención, de forma contraria, ya que el niño de momento todavía no es consciente de su forma de hablar y cuando le decimos que se tranquilice, que respire y que vaya más despacio, lo que estamos haciendo es que él sea consciente de su habla y si lo hacemos así en todas las ocasiones, llegará a fijar esa tartamudez.
En muchas ocasiones nos vemos impotentes ante esa falta de fluidez a la hora de hablar de los pequeños ¿Qué actitud deben tomar los familiares frente a estos bloqueos?
Por supuesto hemos de evitar las risas, burlas, reproches y pensar que lo hace queriendo como: “¡Presta atención cuando hablas y repítelo de nuevo, cuando quieres puedes hacerlo bien!”
Tampoco hemos de darle consejos sobre su forma de hablar:”para y respira” “piensa lo que quieres decir” “ve más despacio, no corras”, “esfuérzate un poco y habla bien”…ya que de esta forma, le hacemos consciente de su habla cuando él todavía no lo es.
¿Cómo se debe actuar ante estos bloqueos?
Debemos actuar de la forma más natural posible, es decir, no hacerle pensar en cómo lo está diciendo sino en lo que está diciendo, ayudarle si no le sale la palabra como haríamos como con cualquier persona con la que llevamos una conversación y que en un momento dado no le sale la palabra, se la facilitaríamos y así él continuaría de forma natural con su explicación, no olvidemos que su habla está en desarrollo y que debemos estimular y bombardear su lenguaje para que se vaya ampliando. Esta actitud que sería la idónea, es la del interlocutor activo como explica Le Huche.
Pero ¿cuándo debemos utilizar estas pautas?
Es conveniente adoptar estas pautas en el niño menor de 6 años ya que se ha demostrado su eficacia hasta la desaparición de la tartamudez en un porcentaje muy elevado de ellos incluso en casos bastante graves.
Si pasados los 6 años el niño continúa enganchándose a menudo, convendría ya la visita y ayuda del especialista, en este caso del logopeda, el cual a través de técnicas basadas en la relajación, respiración, ejercicios rítmicos y de lectura podrá mejorar la fluidez en el habla.